Las influencias foráneas en las nuevas propuestas colombianas

Urián Sarmiento
Jacobo Vélez
Camilo Velásquez

Se partió de la idea de que las primeras influencias son aquellas de lo que primero se escucha, en la infancia o en la adolescencia. Hecha esta aclaración, que alude a la particularidad de cada caso, se habló de cierto boom folclórico que empezó a darse en Bogotá con la llegada de los gaiteros de San Jacinto a la ciudad. Entrando a observar cada caso, Camilo Velásquez habló de sus inicios en la banda bogotana de punk La Rebeca y de la experiencia que le ha dejado su paso por Aterciopelados, así como de la influencia vivencial que recibió de Chucho Merchán. Para él cuentan como influencias foráneas los músicos colombianos que traen su experiencia para hacer su música aquí, por eso habló de Monsieur Periné, de Bomba Estéreo y de Juan Carlos Pellegrino (de Systema Solar).

Los tres estuvieron de acuerdo en que siempre hay modelos y en que lo importante es tomar conciencia de lo que lo está influenciando a uno. Camilo Velásquez señaló que aprendió del folclor que es posible tocar con sabor cualquier música, que al tocar se sigue una intención. Pero, no es el único camino a seguir: cada músico debe encontrar su propio camino, para poder tocar honestamente. Al respecto, Jacobo Vélez señaló que para él el camino ha sido la experimentación y que no siente nada como suyo, al tiempo que todo le pertenece: se definió, en este sentido, como un artista que es ciudadano del mundo.

Lo internacional, se dijo, viene también por el oído occidentalizado y por lo que se crece oyendo en la ciudad, marcado por un sonido extranjero. Ante este hecho, es importante distinguir entre una búsqueda estética y una búsqueda comercial, ya que lo que se entiende por internacional tiene que ver con las sonoridades que moldea el comercio. Hay algunos lenguajes musicales que han llegado a transformarse en una especie de lengua franca; es el caso de la balada, del rock o del jazz, lo cual nos demuestra que asimilamos influencias también por lo que estamos acostumbrados a oír.

Se dijo que Bogotá vive un momento de 'rumba latina' y que esto está vinculado con estrategias de masificación y con la necesidad de circular. En este mismo sentido, aquello que se conoce como la NMC o que se puede ubicar como una 'escena' es la invención de una manera propia de responder a la dinámica de producción, que inevitablemente, incide tanto en la sonoridad. Hacia el final, Urián y Camilo señalaron que en el caso de Curupira, puede afirmarse que han sido los maestros de ellos quienes le han ido dando forma a su sonido.

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